PUNTAZO PARA SOÑAR
Por Handball de Primera • 14 Ene, 2011 • Sección: ARCHIVO, SUECIA 2011El debut con empate ante Corea es uno de esos partidos en los que hay múltiples sensaciones. Después de un primer tiempo en el que todo pintaba muy negro y una segunda mitad del complemento donde tuvimos todo para ganar, pero que a falta de 30 segundos nos dejaba sin nada. Por eso se festejó a lo loco este resultado, con ese gol agónico de Carou cuando Argentina se la jugó con el arquero volante. Porque Argentina está en carrera. Porque fue a este mundial claramente a competir y metió un punto de esos que nunca metía. Porque si jugando al 50% de sus posibilidades casi le gana al mejor de Asia, mejorando fundamentalmente en defensa y metiéndola cuando hay chances, se puede aspirar al triunfo con Eslovaquia. Aún con la adrenalina de un cierre memorable, quedan algunos aspectos para señalar. Hay que trabajar mejor las ayudas en la lucha con el pivot. En el segundo tiempo eso funcionó, pero en la primera etapa el 8 nos mató. Lo de Matías Schulz en el arco argentino fue superlativo y sin dudas es el primer nombre a marcar para explicar el resultado, con 15 atajadas, algunas de ellas de alta complejidad. Se debía este partido Mati, por los puntos y en un choque mundialista excluyente. Sebastián Simonet encontró contundencia para lanzar y claridad para conectar con Carou, que redondeó un partido aceptable pero que debió capitalizar mucho más una defensa profundísima de los coreanos. Migueles volvió a aparecer como en París y fue relevante en la remontada. Kogovsek hizo un buen primer tiempo y tanto Fede Fernandez como Ferro sumaron la cuotita goleadora. Pero sin comparaciones aparece la tarea de Juampi Fernandez. Porque si bien nos emocionó con cada finta, con cada cambio de dirección o de ritmo, puso de manifiesto que fue el único argentino que logró superar el uno contra uno de manera sistemática a los coreanos. Un deficit en el resto de la plantilla nacional, más allá de alguna jugada aislada de Diego Simonet o de Migueles. Juampi Fernandez, con apenas 22 años, fue el capote del equipo en el segundo tiempo, yendo para adelante, sacando gente, llegando al gol y mostrando un handball vertical por momentos indescifrable para los de rojo. Casi como hacía en la junior hasta hace poco más de un año. Pero tanto protagonismo del 13 no debe disimular ciertas carencias ofensivas individuales y colectivas. En fin, es tiempo de gritar muy fuerte, de festejar y de soñar. Mañana chocamos con un muro. Hay que ser inteligentes. Si no se puede, hay que guardar para el duelo decisivo con Eslovaquia. A esos los estamos esperando desde el Mundial de Croacia. Son los que tienen guardada la llave de la Main Round para nuestros pibes.