PARTIDO INCOMODO

Por • 9 Ene, 2011 • Sección: ARCHIVO, SUECIA 2011

Es muy probable que Dady Gallardo se haya ido de París Bercy con buen material para que este partido molesto frente a Corea, represente una oportunidad para el debut mundialista. Es decir, lo que para los seguidores de nuestra selección seguramente fue una señal de alarma, para el cuerpo técnico nacional quizá represente un buen semblanteo del primer adversario en Suecia.

 

El primer tiempo fue realmente para el olvido. O mejor dicho, para tenerlo bien clarito de cara al viernes. Argentina jugó a la coreana en el comienzo, tratando de meter un vértigo desmedido que pagó con muchas pérdidas de balón. En defensa marcó con su sistema habitual, lo que le dio suficientes espacios al pivot asiático para quedar recurrentemente mano a mano con Schulz. Como contracara, Argentina metió nada menos que cinco blocajes cuando el lanzamiento venía desde fuera de los 9 metros, lo que permite vislumbrar que nuestra defensa será más comprimida dentro de cinco días. Buenos pasajes de Vidal, fundamentalmente de Carou y algo de Juampi Fernandez nos mandaron al descanso con un 18-9 en contra que preocupaba. Porque nos embocaban todas y porque no metíamos ni los penales.

 

El complemento comenzó de manera similar. Mal en defensa y apurados en ataque. Hasta que una serie de atajadas, corridas y trabajos sin pelota nos acercaron a cinco. Migueles se hizo fuerte desde diferentes posiciones hasta redondear seis tantos y quedar como goleador del equipo. Y los coreanos, que hasta hacía un rato tiraban su repertorio de recursos inflados de confianza, empezaron a cuidar un poco más el balón. El partido se cerró por siete (25-32). Más de lo que nuestras ilusiones esperaba, pero que de ninguna manera significa que no se les pueda ganar. Todo lo contrario. Pero habrá que replantear el sistema y el orden defensivo, atesorar cada pelota con buenas lecturas para no despilfarrar las transiciones y tener paciencia para encontrar situaciones no forzadas de lanzamiento. Sin dudas, Dady Gallardo ya habrá confirmado lo que presumía del potencial coreano y habrá descubierto sus puntos flacos. En menos de una semana sabremos si este partido incómodo se transforma en la fórmula para descrifrar la incógnita del choque inicial mundialista. Un encuentro que paradójicamente será excluyente en las aspiraciones de clasificación a segunda ronda.

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